Con momentos de suma tensión comenzó el juicio en contra de J.M. (de quien se reservan los datos filiatorios), acusado de abusar sexualmente de sus dos sobrinas cuando quedaban a su cuidado. Las declarantes pidieron no ver al procesado para poder brindar su testimonio.
La fiscalía amplió la acusación a partir de las pruebas producidas en la víspera, lo que complica aún más la situación legal del encartado. Los jueces del Tribunal Oral N° 1 continuarán escuchando durante la jornada a los testigos citados.
Según se estableció, los hechos ocurrieron durante varios años: en un caso entre 2014 y 2021, y en el otro entre 2007 y 2018. Las denuncias fueron radicadas en 2021 y se reveló que el acusado mantenía a las menores bajo amenazas.
Declararon las jóvenes víctimas y su madre, quien relató cómo las niñas quedaban bajo el cuidado del sujeto. J.M. siguió las exposiciones y las preguntas desde detrás de una pizarra, en una sala acondicionada para proteger a las declarantes.
Con los elementos reunidos, la fiscal María de los Ángeles Attarian Mena amplió los cargos a “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la situación de guarda”. Ante ello, la defensa, a cargo del defensor oficial Matías Iturburu, solicitó un cuarto intermedio para notificar al imputado y explicarle la complejidad de su situación procesal.
Hoy continuarán las declaraciones con dos testigos más y, respecto de uno de los episodios, el tribunal deberá resolver si el debate sigue adelante o si corresponde abrir un nuevo juicio oral debido a la gravedad de los cargos incorporados.